martes, 20 de noviembre de 2012

Memorias del Rickshaw






 Ya han pasado seis meses desde que volví a la capital catalana. El tiempo sedentario parece ir mucho más rápido que el nómada, pareciera como si la repetición de espacios y lugares de forma cotidiana lograra crear una burbuja en la que a falta de nuevas experiencias, las horas, los días, las semanas y los meses pasasen sin alterar nuestras emociones y por tanto, la vida deja de ser ese momento mágico  y asi se nos va, sin darnos cuenta. Creo que de allí surge esta sensación que tenemos muchos de que " el tiempo pasa volando ". Será que lo hacemos esfumarse por nuestras aburridas vidas monótonas? Por este psicópata ritmo que han desarrollado las sociedades de consumo occidentales.

Cada día estoy más convencido de que el tiempo es un ente muy abstracto y que conceptualizamos de forma muy peligrosa. Ese año que viví de viaje puede equivaler probablemente a los siete que viví trabajando en Barcelona en diferentes lugares y llevando una vida "normal", esa que me asusta tanto. El año que viví de viaje no me pasó volando, me pasó lento, despacio, a esa velocidad que nos marcan las olas del mar, a ese ritmo que persigue el reggae o la bossa nova, a ese equilibrio que creo que debemos volver por salud.

Una de las cosas que siempre me ha gustado es trabajar en diferentes oficios , y al llegar a Barcelona se me presentó la oportunidad (gracias Seba) de trabajar como conductor de Rickshaw, oficio muy común en diversas partes del mundo y que es el sustento de miles de familias en la India, en el sudeste de Asia y en muchas otras partes. Hacerlo en esta hermosa ciudad mediterránea fue además una experiencia única, donde pude compartir y tener inolvidables momentos con mis colegas de trabajo, que al igual que yo, provenían de otras partes del mundo. 

El equipo del "night-shift", los que trabajábamos en el turno de la noche, lo formábamos individuos de Hungría, Rumania, Portugal, Italia, Inglaterra, Argentina, Ecuador, Colombia, Bélgica, Lituania, Chile, Mozambique, Polonia y algún país que seguro se me escapa. Ha sido una experiencia única y enriquecedora a pesar de sus pesares y forma a partir de ahora parte de mi currículum de vida, que es mucho más importante que cualquier título que una corrupta universidad ( como todas ) me pueda dar.

Gracias muchachos!



viernes, 18 de mayo de 2012

Desde Barcelona

Hoy se cumplen un mes y dos días desde que volví a la capital catalana. Llegar representó una gran sensación compuesta de miles de emociones y sentimientos que se mezclaban como si mi corazón y mi mente fuesen una batidora que preparaban una mezcla única y eterna que llevaré siempre en el alma: todo lo vivido en el viaje. Como dicen por estas tierras: ¿Quién te quita lo bailao? Si de algo estoy cada vez más seguro es del saber de la calle, y ese es el mismo  que me ha enseñado que lo único en la vida que no te pueden quitar es lo que has vivido y la dignidad, la integridad ideológica y ética. El resto, polvo es y en polvo se convertirá..

Pasó casi un año, 362 días para ser exactos, varias lunas, algunas lluvias monzónicas y algún que otro movimiento de tierra que por suerte ocurrió lejos de mi epicentro... Todo empezó en mi tierra, volver a Venezuela siempre es motivo de alegría, a pesar de los muchos pesares que azotan a ese paraíso caribeño, a esa pequeña Venecia de la que formo parte aún en la distancia y por la que sufro y sufrimos muchos en el exilio de la violencia, ese que he elegido y del cual puede que reniegue en cualquier momento, porque existen muchas formas de morir. Venezuela y América Latina, pueden estar llenas de muerte y de violencia, de miles problemas, pero ¡que llenos de vida y de fuerza sus habitantes!, de capacidad de creación y de libertad mental. Veo a nuestro continente como a una olla esfervecente donde confluyen miles de ideas, de sabores y de olores, de lo bueno y de lo malo, en lo que tengo confianza que algún día mejorará, porque pueblos tan amables y simpáticos no merecen seguir siendo azotados por la vorágine humana del poder global. 

Pasan los días en mi ciudad mediterránea y no puedo dejar de pensar en comer ceviche y todas las delicias de la única y ejemplar cocina peruana, de recordar los verdes de sus montañas, la grandeza de Machu Picchu, la vista desde el Waina Picchu, la majestuosidad de Cusco, el cañón del Colca con la inmesidad del aire y la grandeza del cóndor andino que vió al inca y que lo lleva en el vuelo, mostrándole con desagrado lo que han hecho con su tierra. Vienen a mí las calles de Arequipa, sus casas coloniales hechas de piedra volcánica, su Plaza de Armas, sus fogones con cocina tradicional y novoandina... La fuerza de los pueblos aimaras luchando por su tierra quedaron para siempre en mí, y ahora que los recuerdo y escribo estas letras se me eriza la piel al recordar tal determinación recorriendo con gritos y herramientas de trabajo en mano las calles de ese Puno al que llegué con desagrado visual y me fui con amor maternal gracias a la hermosa gente que allí conocí, a esa Causa de pescado que me fue invitada por completos desconocidos de esta vida, amigos de otras probablemente...

¿Cómo olvidar esas ocho horas en el lago Titicaca, esas fraternas tertulias con los panas brasileros y el pana rosarino, esa nariz de payaso que me quedó por no usar protector olvidando que estábamos a casi 4000 mts de altura sobre el nivel del mar, esa magistral entrada a Bolivia observando con placer que a los gringos les hacían pagar 150 dólares de visado y a nosotros, los suramericanos, nada?, era como una pequeña batalla ganada, como un destello de justicia que llegaba desde el que preside el gobierno en La Paz.

Me es imposible no recordar La Paz, que lejos de ser una hermosa ciudad no deja de tener algo especial, tal vez la vista del Illimani, tal vez la altura que lo lleva a uno a pensar y sentir diferente, como el pueblo boliviano, pueblo de las alturas. 

Esa travesía en bicicleta en bajada desde casi 5000 mts s.n.m hasta casi 1000 mts s.n.m.. Las calles de la majestuosa Potosí, la miseria de la explotación de la miseria con sus tours a las minas, a ese Cerro Rico que tanto empobreció y tanta muerte dejó... 

¿Quién me va a quitar la fuerza del Salar de Uyuni?, ¿Quién me va a arrebatar haber estado con los cactus milenarios que están en una de sus islas? Nadie. Al igual que nadie me puede quitar la paz del desierto de Atacama, la grandeza del norte argentino, la delicia de tomar mate de coca, de masticarla si hace falta, porque aunque muchos ignorantes no lo entiendan: la coca no es cocaína. Me quedo también con los agradables bares de Almagro en la capital argentina, con las sonrisas de su gente amable y estresada, con las calles de Rosario, con el acento de Córdoba, con las empanadas de Jujuy, con la mirada de alguna hermosa mujer. 

Me quedo para siempre con la amabilidad del pueblo uruguayo, con la elegancia y delicadez de sus palabras, creo que si volviera a nacer y me fuera prohibido hacerlo en el Caribe eligiría sin lugar a dudas nacer en Montevideo, tanta educación y amabilidad los hace más ricos que cualquier reserva de petróleo.

Puedo morir tranquilo porque estuve en las Cataratas de Iguazú, esas que me enseñaron la puerta hacia el más allá, esas que al estallar en forma de masa de agua te hacen entender que estamos de paso y que todo y nada es eterno, que somos parte de un ciclo, como el agua que va y viene, que viene y va.

Llevo conmigo la grandeza del pueblo guaraní, los únicos supervivientes lingüísticos de Suramérica, al menos son los que más pudieron preservar uno de los tesoros más preciados que una civilización puede tener, la lengua. Los paraguayos están orgullosos de su hermoso idioma y lo hablan y practican con naturalidad, son un vestigio único y esperanzador en esta parte del mundo.

Cada vez que escucho Bossa Nova, Samba o Forró vienen a mí las calles de Salvador, de Río, de Paraty. La belleza y exuberancia de Ilha Grande, de Morro do Sao Paulo, del mar de Búzios, la fuerza de la naturaleza viva y pura de Itacaré... Brasil me hizo sentir en mi casa, la similitud del pueblo brasilero y el venezolano es inequívoca, ya que ambos son el fruto de la mezcla de varios pueblos y culturas que nacieron en una tierra paradisíaca y que agradecen con sus sonrisas y lentitud al Sol que les calienta el alma casi todos los días..

Son tantas las experiencias, las sensaciones, los momentos, que tendré que ser breve en esta entrada para agradecer a la vida  por haber estado en ciertos lugares, además de los que ya nombré, son objeto de mi pasión los templos de Angkor en Camboya, los de Ayutayya en Tailandia, las cuevas de Ajanta y Ellora en India, la ciudad sagrada de Varanasi  y el pueblo de Omkareshwr, ambos en la mítica y legendaria India. Las ruinas de Aksum en Etiopía, las de Lalibela en el mismo país. Las pirámides en El Cairo, en las cuales tuve el lujo de poder estar dentro de ellas completamente sólo.

No puedo dejar de agradecer al pueblo etíope por su increíble e infinita bondad, ahí donde más se sufre más se da, más humana y cálida es la gente. Amasak guenalo Etiopía!

La hermosa Fez no me deja de pedir que la vuelva a ver, al igual que su prima cercana Chefchauen.. Marruecos te muestra lo mejor y lo peor de su historia, fundida en una asquerosa dictadura monárquica que tienen que soportar con paciencia y obstinación. No dejan de ser por esto amables, simpáticos y fraternos muchos, despreciables e imbéciles algunos pocos.

Luego, hay un hermoso país que es el capricho de mis oídos, Andalucía, creo que para hablar con semejante acento se debe tener un alma muy alegre, y de no ser así, el simple hecho de estar rodeado de flamenco, rumba y demás ritmos del sur de la península ibérica hacen que uno se contagie y termine siendo una sonrisa andante, como la mayoría de los que por esas tierras viven..

Ya se acabó, por ahora, ahora toca tener vida sedentaria por algún tiempo, esperemos que sea corto. Porque ya me empiezan a picar los pies y la espalda me pide peso, el de la mochila, esa de la que mi espalda se divorció sin que yo le avisara...

Para aquellos que disfrutan con los números y las cuentas haré un breve recuento de países visitados y de dinero invertido...

En total fueron 17 países visitados: Venezuela, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Malasia, Tailandia, Vietnam, Camboya, India, Etiopía, Egipto, Marruecos y Andalucía.

El total del dinero invertido en alojamiento:  2.220 euros.
El invertido en transporte:                              4.268 euros
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Total alojamiento y transporte                        6.488 euros.

En transporte estoy contando vuelos, trenes y autobuses. En alojamiento hay que entender que el 99% de las pernoctaciones las hice en albergues compartidos, es decir, pagando por una cama y no por una habitación.

Se puede hacer con menos, se puede hacer con más. Todo depende de si uno se puede cocinar en el albergue, si se bebe alcohol o no. Sólo quiero demostrar con estos números que un viaje de esta magnitud no es para nada imposible. Mucha gente gasta dinero en ropa, autos, motos y demás artículos que en muchos casos están de más o son completamente innecesarios.

De momento no me queda más que agradecer a todas y todos los lectores del blog, espero que les haya sido de su agrado y que les pueda servir de herramienta de viajes en algún momento. Seguiré escribiendo de vez en cuando si encuentro algún tema interesante. Y tarde o temprano empezará otro Deaquípallá Deallápacá con lo cual, escribiré más sobre nuevos lugares y destinos.

Hay además un pequeño proyecto en pañales, un libro sobre el viaje realizado. Si algún día tengo la suerte de editarlo, las 26 personas que hasta la fecha son lectores del blog recibirán una copia gratis. Hace falta esperar algunos años tal vez, jeje.

Salud y amor!

Luis Gabriel.


martes, 24 de abril de 2012

Vámonos pa Cádiz!

 Bueno, tocó, se tenía que acabar, nada es eterno. Crucé la frontera como quería hacerlo desde un principio, por el estrecho de Gibraltar. Después de visitar la inigualable ciudad de Fez y la preciosa Chefchaouen en Marruecos me puse una vez más la mochila al hombro y tomé el autobús que me llevó hasta Tanger.

Para mi desgracia el único ferry disponible era uno ultramoderno que hace el recorrido en 35 minutos. Ni comparación con la hermosa travesía de tres horas y media que hice hace unos 6 años cuando pude salir a cubierta y mirar el mar mientras cruzaba de Europa a África acompañado de las libres gaviotas andaluces-magrebíes y del Sol radiante de esta parte del mundo.

Crucé y al llegar a Tarifa llovía y hacía frío. Saqué dinero de un cajero y me fui a la estación de autobuses. 11 euros me llevaron a la maravillosa Cádiz que era igual o mejor de lo que me esperaba.

No sé si es la alegría, no sé si es que cuando llegué salió el Sol y me sentí en mi casa. Serán sus hermosas calles y su malecón, su mar que te rodea y no te abandona ni un segundo? o serán tal vez sus pescaítos fritos, sus bares y restaurantes? Creo que es un conjunto de todo pero sobre todas las cosas, SU GENTE. Saben sonreir y hacer reir, al menos a mí, que no pude parar de hacerlo cada vez que me hablaban con ese acento maravilloso que seguro es el regalo de algún Dios. Musha grasia Kay!

Mucho Sol me dió Cádiz, mucha fuerza para volver de nuevo a la egoísta Europa donde vivo por no querer estar rodeado de violencia y de muerte. Pero ahora ya no sé nada, no sé qué muerte es peor, si la de un tiro en la cabeza o la muerte en vida de algunas personas que uno ve por estos lados del mundo, llenos de odios y de miedos, de envidias y de celos, de frustración producto de este sistema enfermizo en el que vivimos y que no da respiro a nadie ni por un segundo. Algo ví claro como nunca antes y me aterró: el control absoluto del Estado sobre la vida de las personas. Ese libro que aunque no leí sé que explica lo que está pasando, ese "The Last Man in Europe" que por motivos comerciales llamaron "1984" de Orwell.

Fue hermoso volver por lo bueno que tiene este país, Andalucía, pero triste ver las máquinas "tragaperras" y ver a un fascista como presidente del Estado a la vez que un fulano que se dice Rey de España escandaliza a sus súbditos al aparecer en una foto en África mientras iba de cacería de elefantes, ese mismo Rey que preside una ONG de defensa de los animales. Así ví de nuevo a estos fascistas que están en el poder en el estado español, y para recordatorio de que también dominan Cádiz, se encuentra la placa que ven más abajo en la segunda foto, donde se celebra el centenario de la salida de Colón para llevar el genocidio y la explotación a los pueblos de América. Llevó la evangelización y la "cultura" dicen estos inmorales...

De Cádiz me fui a Madrid, a encontrarme con mi familia, con quienes pasé momentos memorables. Y luego, en un autobús que salía a las 10:00 am dejé la mente reposar y al cuerpo sentir la emoción de volver a la ciudad que ha sido mi casa los últimos 8 años, Barcelona, desde donde escribiré las últimas letras sobre este Deaquípallá-Deallápacá, sobre este viaje que ha sido probablemente lo mejor que hecho en la vida.

Hasta entonces!





domingo, 8 de abril de 2012

Chefchaouen, Marruecos.

 Único, pintoresco, hermoso, así es Chefchaouen. Pequeño pueblo en las montañas del norte marroquí, gran regalo para terminar este deaquípallá deallápacá, este viaje que de gran escuela me ha servido.
 Así son las callejuelas que nos regala este maravilloso pueblo.
 Estas son las puertas de antes, de ahora y de siempre que mantienen viva la tradición y la historia.

Shukran Marruecos, shukran Chefchaouen.

sábado, 7 de abril de 2012

Atardece en Chefchaouen, Marruecos.

Después de un par de horas de lluvia el cielo estaba fresco y limpio mientras atardecía en este hermoso pueblo de las montañas del norte marroquí.

Curtidores de cuero, Fez, Marruecos.

No ha cambiado la técnica en cientos de años. Primero el cuero pasa a la parte del fondo que se ve en blanco. Donde se baña en una mezcla de excremento de paloma para ablandarlo. Después pasará a los diferentes tintes que se fabrican a partir de flores, tierra, etc.

Fez, Marruecos.

Una de las entradas a la Medina. Sus calles son parte también del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. La medina de Fez es la zona peatonal más grande del mundo. Laberinto de colores, olores y sabores. Fez nos transporta en el tiempo entre sus telares y curtidores de cuero, entre sus ventas de dulces, de café, de comida, entre sus mezquitas y hamanes. Lugar mágico al que recomiendo visitar sin lugar a dudas.

El Cairo, Egipto.

Vista desde el desierto.

El Cairo, Egipto.

Esfinge y pirámide de Keops de fondo. 

También tuve la suerte, la dicha, la fortuna de tener toda la Gran Piramide para mí solito. Son muchos metros que hay que subir por un estrecho pasadizo, hace calor y huele a amoníaco antes de llegar al cuarto donde se encuentra la tumba ya vacía del faraón.

No puedo explicar con palabras las sensaciones que tuve al estar completamente sólo adentro de este milenario lugar, sólo puedo decir que perdí la noción del tiempo y del espacio por un momento hasta que cierto escalofrío me hizo entrar en razón de que tenía que irme y dejar en paz a los siglos...

Shukran Keops.

Pirámide de Dashur, Cairo, Egipto.

La construcción más antigua encontrada en el planeta tierra. Se estima que tiene entre 6.000 y 7.000 años de antigüedad. Debido a las revueltas en el país el turismo ha descendido drásticamente afectando de forma muy negativa a la economía de muchas familias egipcias. Para mi fue un regalo ya que al no haber casi turistas pude estar completamente sólo dentro de la pirámide en comunión con milenios de historia y con los pelos de punta al sentir la energía que hay dentro de tan maravilloso lugar. 

Shukran Egipto.