sábado, 7 de abril de 2012

El Cairo, Egipto.

Esfinge y pirámide de Keops de fondo. 

También tuve la suerte, la dicha, la fortuna de tener toda la Gran Piramide para mí solito. Son muchos metros que hay que subir por un estrecho pasadizo, hace calor y huele a amoníaco antes de llegar al cuarto donde se encuentra la tumba ya vacía del faraón.

No puedo explicar con palabras las sensaciones que tuve al estar completamente sólo adentro de este milenario lugar, sólo puedo decir que perdí la noción del tiempo y del espacio por un momento hasta que cierto escalofrío me hizo entrar en razón de que tenía que irme y dejar en paz a los siglos...

Shukran Keops.

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