miércoles, 29 de febrero de 2012

Varanasi, India.

Varanasi, llamada en castellano Benarés, es como muchos ya saben una de las ciudades sagradas más importantes de la India. A este lugar viene la gente a morir, ya que al hacerlo aquí, uno termina con el siclo de reencarnaciones y pasa directo al  Nirvana. El cuerpo, el estuche que contiene nuestra alma, será cremado para posteriormente ser arrojado en forma de cenizas al sagrado Ganga, ese hermoso río que en castellano llamamos Ganges.

Llegué después de un tren nocturno desde Calcuta, dormí bien en la noche a pesar de todos los miedos que algunos viajeros me metieron sobre los trenes de la India. Yo no sé si es que tenido suerte o que pasa pero a mi me parecen excelentes a pesar de algunos pequeños inconvenientes.

Al llegar, uno se pierde en el laberinto de callejuelas que forman el casco antiguo de esta ciudad de la que se cree tiene al menos 3000 años de antigüedad. Llena de música, de arte, de vida y de muerte, fue una maravilla pasear cada día por los gaths (escaleras que bajan al Ganges) y antiborrarme de colores, de olores,de sabores y de sonidos. 

Algun hombre se baña en el Ganga mientras veo el cielo lleno de luces que vuelan, son los papagayos, esos que los españoles llaman "cometas". Varanasi está llena de estos hermosos seres voladores, que, dirigidos desde tierra firme por las manos de los hermosos niños benarenses, inundan el azul de sueños que se reflejan en las aguas eternas y sagradas de este río que ha sanado a tantos a lo largo del tiempo, este Ganges que es imposible de describir con palabras, porque la paz que se siente al estar junto a él, no cabe en ningun diccionario.

Ver como construyen las barcas tradicionales al mismo tiempo que un acalorado partido de criquet llena de tensión los corazones de los participantes, mientras a pocos metros puede estar realizándose la cremación de algun cuerpo que volverá a la tierra.

Son tantas las sensaciones, están tan abiertos y expuestos los sentidos en este lugar, que es imposible no contagiarse de la magia de miles de años que van y vienen del mar al río y del río al mar.

Donnewat Varanasi, hasta alguna otra vez.

 
Los clásicos "saris", vestidos de mujer secándose al Sol.

Amanece en el Ganges.

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