En este mágico lugar, en el Salar de Uyuni, se encuentra la isla Incahuasi. Lugar que los incas utilizaban de refugio durante sus travesías por el desierto de sal más grande del mundo (12.000 kms2).
Aquí uno se encuentra con estos seres milenarios que lo dejan a uno sin palabras, es una sensación indescriptible. Los lugares más puros de la naturaleza tienen el poder de dejarlo a uno perplejo, boquiabierto. Algo parecido sentí al visitar el Roraima hace algunos años.
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