Creo que vine a esta ciudad por el simple hecho de que me gusta el nombre, también se me dijo que no hay mucho que hacer ( algún turista en búsqueda de museos e iglesias), por otra parte que había buen ambiente nocturno y que era un poco peligrosa. Ir como el salmón puede traer fracasos pero también le puede otorgar a uno el placer de descubrir algo único, auténtico y real.
Así es Cochabamba, sucia , fea, pero llena de vida, única y real. Tampoco es justo que diga que es fea, tiene partes sucias pero también plazas muy bien cuidadas, como la Plaza del 14 de Septiembre, donde se mantiene la tradición de acudir a hablar de política , de relaciones sentimentales , a escuchar a algún señor vender una medicina natural para limpiar el estómago, un testigo de jehová ( o evangélico) predicar la palabra del "señor", etc .
Es una ciudad plana , perfecta para la bicicleta (aunque poca gente la usa), de clima espléndido y de gente un poco más amable que en La Paz. Tiene también el mercado popular más grande que he visto en mi vida "La Cancha" y pude degustar en un comedor de la ciudad la deliciosa sopa de maní, que rompió con todos los malos augurios que tenía (a causa de comentarios de algunas personas) de la gastronomía boliviana.
En fin, que valíó la pena.
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