El mítico Angkor Wat es sin lugar a dudas un lugar sagrado. Casi 900 años de antigüedad tiene este lugar que nunca fue abandonado por los monjes budistas a pesar de que los occidentales tengamos esa mala costumbre de decir que todo lo hemos descubierto o inventado. Supuestamente un francés lo descubrió ( un lugar que nunca fue abandonado), y si no abandonaron Angkor Wat está más que claro que sabían de la existencia del resto de templos. De la misma manera que mal llamamos al Churú Merú "Salto Angel" en referencia al gringo que supuestamente lo descubrió, cuando los pemones sabían de este lugar sagrado para ellos desde hacía milenios, que mala manía etnocentrista de usurpar los nombres y la historia.
Mi visita al parque fue de 3 días y creo que no me bastaron, me hubiera quedado una semana. Se necesita tiempo para deleitarse con el arte que se encuentra tallado en las paredes de los templos donde se muestran escenas de guerras, de iluminaciones, de paz. Creo que es el lugar de ruinas que más me ha impresionado en toda la vida.
No entiendo como en la escuela al hablar de historia universal no se nos enseñaron a estas grandes civilizaciones. Parece que alguien temiera sentirse superado ante semejantes construcciones...
Esta foto la tomé el tercer día, madrugamos para ir a ver el amanecer que aunque no estuvo lleno de colores nos regaló esta hermosa imagen del templo reflejado en el agua, una joya para la vista y para el alma.
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