Es en esta avenida donde se maneja el capital de la mayoría del país y representa el mayor movimiento de dinero de toda América
Latina. Caminar por ella jamás se podrá llamar pasear, porque este verbo indica tener una caminata agradable, lo cual será imposible en esta jungla de cemento fría y abobinable.
El día además estaba gris, lloviznaba a ratos y el ruido de los autos
hacía de este lugar una antesala al infierno, no sé si algunos de los
que caminen por esta avenida demencial pueden esquivar la locura y el estrés que en poco minutos ella provoca.
No todo es color y belleza en Brasil, por eso he subido esta foto, para que se conozca también el lado GRIS.
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