Si bien irse de casa es un dolor ya que uno deja a su familia, sus amigos, sus árboles, sus playas, su Guaraira Repano, su arepa con telita, tomate y aguacate, su isla, su gente, su papelón con limón y el sin fín de elementos que lo forman a uno y que uno siempre llevará dentro. También tiene una parte muy positiva y es el poder conocer a gente hermosa de diferentes partes del mundo, y luego poderlos ver en su tierra natal es aún mejor.

Para los que no la conocen esta es  Lili, gran amiga del curso de francés de la escuela de idiomas de Barcelona e integrante de la delegación latinoaméricana que formamos Camilo, ella y un servidor.

Pasamos una gran noche en el bar de forró O Borogodó, en la Vila Madalena de Sao Paulo.

Un abrazo y un beso Lili!
nos vemos de nuevo en el camino..