domingo, 27 de noviembre de 2011

Paseo en elefante, Krabi, Tailandia.

Llevo casi dos semanas en el país que alguna vez se llamó Siam (de ahí el nombre "siamés" ya que la raza gatuna que lleva ese nombre es oriunda de esta zona.)Y estoy asombrado, a pesar de que he visto sólo la región de Krabi, de la grandeza y de la degradación de este pueblo.

Tailandía es, hablando sobre su naturaleza, simplemente el paraíso. Hermosas playas, montañas, lagos..
Culinariamente espléndida, con una variedad de platos cada uno más delicioso que el otro, culturalmente muy interesante, con milenios de historia y una población con una lengua y unas grafías únicas, siempre amables y sonrientes.

Pero bien dice el dicho: "No todo lo que brilla es oro", he descubierto un país sumergido en una profunda y opresiva dictadura de la cual ningún medio de comunicación masivo se encarga de recordar. ¿ Será porque este es el patio trasero de Europa y del occidente en general? ¿Será porque no son pocos los blancos inmiscuídos en prostitución infantil  en este país? ¿ Será porque tienen un rey (sí, en minúsculas) que hace un par de años fue cómplice del asesinato de más de 90 personas que luchaban por que se les devolviera la constitución que les fue arrebatada en 2006 tras un golpe de estado apoyado por los empresarios a lo Carmona Estanga? ¿ Será porque Tailandia está llena de empresarios occidentales lucrándose de forma obscena a costa de la explotación del pueblo tailandés?

No lo sé, veo un país hermoso invadido para hacer aquí lo que no pueden hacer en casa los ingleses, alemanes, holandeses, etc etc etc, Islas tomadas para la fiesta occidental, miles y miles de sirvientes obligados a ganar una humillación de sueldo,  ni 200 euros, para que a los que venimos de fuera nos salga barato. Es asqueroso ver de vez en cuando a algún occidental regatear 50 céntimos de euro, no sé si es sadismo, curiosidad, o el simple hecho de  que back home esta práctica es inimaginable. Tailandia es una Ibiza, una Mallorca (me refiero a un parque de fiestas para los europeos del norte) pero con una naturaleza infinitamente más rica y con unos precios ridiculamente inferiores.

Es un país único, espectacular, hermoso, que no puedo dejar de recomendar. Pero sería un hipócrita al hacerme la vista gorda y no denunciar ( aunque no sirva de nada) las cosas terribles que aquí ocurren.

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