Esta playa se encuentra en el norte ( menos pervertido que el sur de la isla por el turismo que hace que todo se vuelva un circo), es un lugar único y haber pasado una noche en la agradable posada de Alfonso, dónde lo único que se escucha es el viento y las olas que revientan suavemente abajo, hacen que uno se dé cuenta de lo alejados que estamos de la vida verdadera en las ciudades. Gracias isla del Sol, por recordarme la paz y la armonía que hay en la creación divina, llámese como se llame.
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