Como muchos ya saben me tocó cruzar la frontera hacia Bolivia a través del lago porque las carreteras se encuentran cerradas desde hace más de dos semanas a causa de la lógica ira que ha desatado en los campesinos del sur de Perú, especialmente del pueblo de Desaguadero, las concesiones que el gobierno de Alan García ha hecho a una trasnacional canadiense (nunca se habla mal de Canadá, son un país rico sí, ¿a costa de quién?) para explotar minerales en la región lo cual tendrá consecuencias desastrosas para el medio ambiente y para las comunidades que allí habitan.
Esta imagen la conseguí al inicio del viaje, a penas llevábamos un par de horas de viaje ( 8 en total) y a eso de las nueve de la mañana el lago era un espejo y el cielo un regalo para los ojos.
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