martes, 24 de abril de 2012

Vámonos pa Cádiz!

 Bueno, tocó, se tenía que acabar, nada es eterno. Crucé la frontera como quería hacerlo desde un principio, por el estrecho de Gibraltar. Después de visitar la inigualable ciudad de Fez y la preciosa Chefchaouen en Marruecos me puse una vez más la mochila al hombro y tomé el autobús que me llevó hasta Tanger.

Para mi desgracia el único ferry disponible era uno ultramoderno que hace el recorrido en 35 minutos. Ni comparación con la hermosa travesía de tres horas y media que hice hace unos 6 años cuando pude salir a cubierta y mirar el mar mientras cruzaba de Europa a África acompañado de las libres gaviotas andaluces-magrebíes y del Sol radiante de esta parte del mundo.

Crucé y al llegar a Tarifa llovía y hacía frío. Saqué dinero de un cajero y me fui a la estación de autobuses. 11 euros me llevaron a la maravillosa Cádiz que era igual o mejor de lo que me esperaba.

No sé si es la alegría, no sé si es que cuando llegué salió el Sol y me sentí en mi casa. Serán sus hermosas calles y su malecón, su mar que te rodea y no te abandona ni un segundo? o serán tal vez sus pescaítos fritos, sus bares y restaurantes? Creo que es un conjunto de todo pero sobre todas las cosas, SU GENTE. Saben sonreir y hacer reir, al menos a mí, que no pude parar de hacerlo cada vez que me hablaban con ese acento maravilloso que seguro es el regalo de algún Dios. Musha grasia Kay!

Mucho Sol me dió Cádiz, mucha fuerza para volver de nuevo a la egoísta Europa donde vivo por no querer estar rodeado de violencia y de muerte. Pero ahora ya no sé nada, no sé qué muerte es peor, si la de un tiro en la cabeza o la muerte en vida de algunas personas que uno ve por estos lados del mundo, llenos de odios y de miedos, de envidias y de celos, de frustración producto de este sistema enfermizo en el que vivimos y que no da respiro a nadie ni por un segundo. Algo ví claro como nunca antes y me aterró: el control absoluto del Estado sobre la vida de las personas. Ese libro que aunque no leí sé que explica lo que está pasando, ese "The Last Man in Europe" que por motivos comerciales llamaron "1984" de Orwell.

Fue hermoso volver por lo bueno que tiene este país, Andalucía, pero triste ver las máquinas "tragaperras" y ver a un fascista como presidente del Estado a la vez que un fulano que se dice Rey de España escandaliza a sus súbditos al aparecer en una foto en África mientras iba de cacería de elefantes, ese mismo Rey que preside una ONG de defensa de los animales. Así ví de nuevo a estos fascistas que están en el poder en el estado español, y para recordatorio de que también dominan Cádiz, se encuentra la placa que ven más abajo en la segunda foto, donde se celebra el centenario de la salida de Colón para llevar el genocidio y la explotación a los pueblos de América. Llevó la evangelización y la "cultura" dicen estos inmorales...

De Cádiz me fui a Madrid, a encontrarme con mi familia, con quienes pasé momentos memorables. Y luego, en un autobús que salía a las 10:00 am dejé la mente reposar y al cuerpo sentir la emoción de volver a la ciudad que ha sido mi casa los últimos 8 años, Barcelona, desde donde escribiré las últimas letras sobre este Deaquípallá-Deallápacá, sobre este viaje que ha sido probablemente lo mejor que hecho en la vida.

Hasta entonces!





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